Madre de dos hijos, vivía en la ciudad costera de Piura, en el noroeste de Perú. Nació el 7 de febrero de 1964.

En abril de 1996, cuando tenía 32 semanas de embarazo, acudió a su médico y fue evaluada para ser sometida a una cesárea de emergencia. Su bebé murió a las pocas horas.

El día de su cesárea fue sometida a un procedimiento quirúrgico sin su consentimiento. Victoria escuchó a un médico decir que había sido esterilizada:

"No, no puede tener más hijos. La hemos esterilizado", dijo un médico mientras otro trataba de consolarla por la pérdida de su bebé.

Vigo es una de las más de 300.000 personas que se estima fueron esterilizadas contra su voluntad en Perú, entre 1996 y 2000.

En la década de 1990, durante su mandato de 10 años como presidente de Perú, Alberto Fujimori comenzó un programa de planificación familiar conocido como anticoncepción voluntaria quirúrgica, como parte de una “política” contra la pobreza, y que resultó en la esterilización de 272.028 mujeres y 22.004 hombres en solo 4 años.

Su lucha comienza en 1997:

"No se trataba sólo de mis derechos, pronto me di cuenta de que esto era parte de una política nacional y había muchas otras mujeres involucradas".

En 1998, Victoria fue a Estados Unidos para denunciar ante el Congreso Norteamericano que el gobierno peruano usaba fondos de la USAID en la implementación del programa de esterilizaciones. Victoria procesó al médico, ganó la acción y recibió una indemnización a lo largo de tres años. Se le concedieron daños de US$2.500 en 2003.

"Para mí fue muy difícil conseguir una denuncia formal y es aún más difícil para las mujeres del campo, que no saben cómo proceder", dijo.

En el 2021 se abre un juicio contra Alberto Fujimori y exministros por el delito de las esterilizaciones forzadas.

Ella es la única mujer en el Perú que ha recibido una forma de compensación después de ser esterilizada a la fuerza.

Victoria fue una de las mujeres que encabezó la marcha #NiUnaMenos. Recibió apoyo multitudinario por su incansable lucha.